Desde nuestro bufete abogados Madrid hemos sido testigos de cómo en los últimos años se ha incrementado el número de empresas que por pasar por apuros económicos no pueden abonar las nóminas de sus empleados. ¿Qué ocurre entonces?

Dado que con el contrato de trabajo una persona (trabajador) se obliga a prestar servicios a otra (empresario) a cambio de una remuneración, cabe pensar que si el empleador no cumple con la obligación de pago el empleado tampoco tiene razón para cumplir con su obligación de trabajar, pero no es así.

Dejar de ir a trabajar si no se está percibiendo la nómina puede dar lugar a un despido por causas disciplinarias, por lo que nunca es una opción recomendable.

En estos casos lo mejor es intentar resolver el problema a través de la mediación y la conciliación, presentando una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación de la Comunidad Autónoma correspondiente reclamando las cantidades atrasadas. Si no es posible llegar a un acuerdo habrá que acudir a la vía judicial.

Evidentemente ir a trabajar sin percibir por ello un salario es una situación bastante desagradable, así que el trabajador tiene la opción de rescindir su contrato. En caso de que los impagos no hayan sido esporádicos y el incumplimiento por parte del empresario haya sido grave, el trabajador tendrá derecho a ser indemnizado.

Existen, por tanto, dos vías de solución, pero lo que está claro es que tomar la decisión de no acudir al centro de trabajo o ir trabajar pero desatender las funciones más básicas del puesto de trabajo es una decisión que puede afectar negativamente a los intereses del trabajador.

Ante una situación de este tipo, lo mejor es intentar buscar una solución que sea lo más satisfactoria posible para todas las partes.

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